Como cada 4 años, se acercan las elecciones generales. La fiesta de la democracia lo llaman, sin duda el nombre le viene “al pelo”. En estas fechas los políticos sacan sus mejores galas y la mejor de las sonrisas para convencer con sus discursos llenos de promesas vacías. Alegatos donde ellos se proclaman salvadores de este país y, de que si no les votas se producirá un apocalipsis, una autentica crisis que llevara a este país y a sus ciudadanos a la más absoluta ruina, ya sea económica, moral, física o de cualquier índole. Y es que el discurso del miedo siempre ha funcionado muy bien, este sentimiento es capaz de mover a las masas hacia donde quieras, como un pastor que utiliza a sus perros para llevar a sus ovejas por el camino que decida su amo.
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