En concreto, la denuncia alude a la venta de chatarra. Y, una vez vendida esa chatarra, los integrantes de la trama disfrutaban del dinero obtenido convirtiéndolo en regalos personales o comidas, según la denuncia.
El denunciante comunicó su información oficialmente ya en mayo de 2022. Lo hizo con un aviso a la concejala de servicios, Carmen Morellá, igualmente del PSPV-PSOE. El empleado público constató el interés del consistorio por poner fin a la presunta trama: no se hizo nada por descubrir la posible corrupción. Y, ante esa pasividad, el denunciante decidió presentar una denuncia escrita en el Registro de entrada del Ayuntamiento el 5 de junio de 2022.
El ansia investigadora volvió a quedar clara: ni una respuesta. Y ante semejante exhibición de euforia anticorrupción, el 6 de septiembre de 2022, el denunciante trasladó los hechos al Síndic de Greuges de la Comunidad Valenciana y al Defensor del Pueblo.
Gracias a su empeño, el Síndic pidió explicaciones al Ayuntamiento socialista de Vinarós, logrando, por fin, respuesta del alcalde Alsina el 10 de octubre. En su defensa, el regidor aseguró que no se había dado respuesta a la denuncia por haber sido “presentada sin mayor prueba, y no siendo el solicitante interesado respecto a la cuestión denunciada, el Ayuntamiento no le ha remitido contestación alguna…”.