Mientras tanto, seguimos tirandonos a la cabeza los trastos unos a otros. ¿Y esto porqué ocurre? Según mi opinión, primero por que no hemos aprendido nada. Creemos saberlo todo y no sabemos nada. O al menos, lo que aprendemos se nos olvida para dejar paso a la ira y la intolerancia cualpando a los demás de los resultados.
Ayer mismo, tras la noche electoral, y mientras se iban publicando los resultados, comenzamos a recbir varios mensajes que pretendían atacar esa misma democracia y libertad que ellos piden para si. Me refiero a que hubieron varios lectores en nuestro Telegram, que comenzaron a echar las culpas a todos los que libremente y por dignidad, no fuimos a votar. Siempre pasa igual, y es que dentro de cada uno de nosotros hay un tirano. Cuando la gente, tu vecino o tu amigo no piensa u obra igual que tu, aparece ese fantasma dictatorial del pasado, volcando encima de ti, la fustración que le rodea. Es la justificación para no sentirse mal encajado en la sociedad. Es una estrategia del que no tiene más miras que un cocodrilo de la amazonía.
Lo fácil en estos casos, cuando las cosas no son como tu quieres, es bomitar toda tu ira y rábia encima de aquel que piensa o actua diferente a ti. Así, de esta forma, calman su desolación. Pero esa desolación, no es por culpa del que piensa diferente o actua diferente, es simplemente por que eres presa del sistema, del líder… No quieres reconocer que necesitas alguien que dirija tu vida, que te organice la existencia y que casi viva por ti. Llenar ese vacio es complicado, por esta razón, aquel que arremete contra los que no fuimos a votar, denota una falta de personalidad y unión sin igual. Siempre estarán ahí, para poner palos en las ruedas en nuestro avance para destrozar el sistema. Y lo hacen así, por que en el fondo necesitan este sistema. No podrían sobrevivir sin el.
Algunos de ellos dicen estar despiertos. Entiendase el término despierto, como conocedor de todo lo que está pasando en nuestra sociedad, política y demás. Pero nada más lejos de la realidad. Se autoplocaman despiertos, para no sentirse apartados de una parte de la sociedad, que sí ha entendido la agenda mundial. Estar despierto, término que no me gusta utilizar mucho, no es sólo conocer algunas tramas politicas o geopoliticas. Es mucho más. Estar despierto, es ser consciente de que la empresa indra decide el color político incluso antes de la apertura de los colegios electorales. Es ser consciente de que no hay ningún partido, ningúno, que luche por los intereses de la población. Es saber que el pueblo no es su enemigo, sino la clase política y económica. Entre otras cosas.