Con todo, el funcionario persa ha destacado que “el tipo de resistencia que ha mostrado la República Islámica es el más peligroso para quienes aspiran al liderazgo mundial; una resistencia que se basa en el pensamiento islámico, la escuela de Ahlul Bait (familia del Profeta del Islam), la determinación y confianza en Dios, así como la esperanza en el futuro”.
En esta línea, ha señalado que, “con una sólida base islámica, en Irán se ha configurado uno de los sistemas de gobierno más fuertes y nuevos del mundo islámico” que, en comparación con los países del mundo islámico, “es uno de los más avanzados y modernos en cuanto a fundamentos teóricos”.
En este sentido, ha resaltado el elevado nivel del poderío, la seguridad y la capacidad militar de la República Islámica, de modo que “los enemigos de Irán han quedado sorprendidos y muy decepcionados”.
En otra parte de sus declaraciones, Lariyani se ha referido al papel clave del Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, a la hora de “mostrar una imagen realista de la situación actual, así como trazar líneas prácticas de cara al futuro”.
En cuanto a las sanciones impuestas a Irán, “la estrategia del Líder de la Revolución Islámica consiste en neutralizar los embargos”, pese a que también existe la necesidad de exigir el levantamiento de las restricciones, pues estas suponen “una violación de los derechos de una nación”.
“La imposición de sanciones no es una medida internacional, sino una violación a los derechos más básicos, y hay que hacer frente a este ataque; pero nuestra estrategia práctica sigue siendo neutralizar las sanciones confiando en nuestras propias capacidades, ya sean nacionales, vecinales u otras; de hecho, no debemos considerar al mundo y a la familia global como solo unos pocos países occidentales. La familia mundial es muy grande”, ha concluido.